jueves, 21 de enero de 2010

Del alma (Parte:Uno)

La otra Noche Esteban encontró un cuaderno debajo de la cama, este cuaderno contenía anotaciones de los periodos mas desequilibrados de Camilo. Letras de canciones, puteadas a los viejos, negaciones hacia el mundo y su maldad. Pero había unas cuantas Hojas que Esteban leyó con atención, cada palabra y cada oración completaba sus teorías, sus miedos. Se confirmaba una afirmación tácita de su relación con Camilo.


Camilo, su amigo del Alma; El fuerte; El cómplice; El eterno reidor de sus malos chistes, expuesto desde una mirada distinta, desde la propia. Por más que Esteban conocía a Camilo más que nadie, jamás habría imaginado lo que su compañero de cuarto guardaba como su más oculto secreto. Pero lo paradójico es que Esteban no lo sintió ajeno, era parte de lo que en ese cuaderno se guardaba.

Faltaban quince minutos para que Camilo llegara de la Universidad, habían quedado para Cenar juntos y luego reunirse en el Bar con los compañeros del partido.

Esteban sintió un pánico repentino, no sabía lidiar con tanta información; no quería que nada cambiara pero tampoco podía ignorar esta situación.

Decidió escuchar el radio y dejar que las cosas fluyan naturalmente, pero no podía dejar de pensar y repensar, el tiempo, el silencio y sobretodo la frustración de su amigo. Muy en el fondo lo que a esteban le molestaba no era lo descabellado de la situación, sino mas bien el no sentirse tan alarmado.

Se abre la puerta del departamento de manera escandalosa, entra Camilo con ese pelo alborotado y las manos llenas de libros; intenta liberar una mano para poder cerrar la puerta y sin querer deja caer toda la pila de hojas al piso.

Levanto la mirada esperando visualizar a Esteban y se encontró con el Departamento vacio.

Camino por inercia hacia la cocina es busca de una nota, o algo similar pero no encontró nada; se extraño pero no tanto como para alejarse de su habitación.

Estaba muy cansado, así que decidió irse a dormir sin cenar.

(Continuara)

martes, 19 de enero de 2010

Un principio y un final.

En un suspiro se estremecen mis ideas.


Todo el sabor de esa boca juzgando mis movimientos.

Mi naturaleza se expresa condicionada por el propio cuerpo.

En mi ombligo se pierden las angustias y vuelvo a conectarme con el espíritu de mi raíz.

Lenguaje universal de esta condición humana, captar la luz y hacerla canción, no hay voces que no motiven el canto, no hay sonido absoluto que implique un movimiento certero.

Todo en un tiempo que ya no marca minutos, que no es el precursor de mis ansias, que ya no necesito para caminar en libertad.

Y aunque este mundo se empeñe en demostrar su agresividad constante, yo creo en la fuerza del vínculo antiguo.

Yo creo en la capacidad de esos otros, que colectivamente quieren volar en paz.

Nadie escapa a esa idea de poder volar, de poder hacer.

En cada viaje un nuevo aprendizaje, una nueva posibilidad de aprender de esos otros, de unos pocos y de uno mismo.


miércoles, 13 de enero de 2010

Pedro.


Una vez Pedro espero detrás de esa puerta tan alta como su cabeza. También intentó no culpar a su afuera, y menos al desconocido en cuestión. Tenía una mezcla de sensaciones, una suerte de temor imperioso que lo recorría lento y constante por el cuerpo y, a su vez, muchas ganas de ese retorno.
Pedro, siempre confiado en la bondad de los desconocidos no quería resignar sus ganas a un mal trago, a una llamada no contestada, a terminar desconfiando de alguien que no era, de alguien que no existió o no quiso existir por lo menos en la realidad de Pedro.
Pedro sigue aprendiendo de todos los días que vive, escucha música temprano evocando energías para poder seguir camino, toma mate amargo y nunca se queda quieto.
Lastima por quien no ve a Pedro con los ojos que yo lo veo, y que bueno que Pedro no se deja intimidar por los vicios de este mundo.
Que bueno que Pedro sabe lo que quiere y lo que no quiere.
Pedro hoy ya no es el mismo de siempre y eso es crecer, por lo menos para mí.

jueves, 7 de enero de 2010

No vives solo.

Si hay algo que aplico desde que un amigo me sugirió hacerlo es lo siguiente:
Me dejo sorprender y desde hace unos días atrás vengo como enamorado de canciones de una banda que no es conocida pero eso no le quita nada de legitimidad.
En la tierra…así se llama esta banda, no les puedo poner en palabras o mejor dicho es bastante complicado explicarlo, pero sus canciones son un viaje diferente por cada vez que escuchas cada tema.
Es algo así como encontrarte con algo que andabas necesitando, como dice la canción de sancamaleon “Ando buscando una canción que acorte las distancias entre este mundo y yo” y yo Gracias a otro amigo las encontré.
Estas canciones evocan a la madre de todas las madres, a la simpleza de las cosas y te invita a liberarte de cuerpo y alma. (Alto viaje)
Estoy feliz con el disco de fondo pensando en lo maravilloso de nuestro lenguaje, de cada palabra, de cada sentido y como su función primordial (comunicar) esta presente en una constante de pura existencia.
Al margen de mi fanatismo repentino, esta bueno colgar la cabeza y por un rato solo sentir, y sentirse bien.
Consejo de este flaco que les escribe, si andan medio atacados tratando de resolver cosas complicadas, si sienten que las cosas son demasiado desgastantes. Tómense 5 minutos y además del té miren al sol un rato y si su ambiente da, háganlo descalzos, parece una locura o una simple estupidez, pero créanme se van a sentir muy bien.
Por mi parte me voy a disfrutar del solazo que hay a fuera, pa ver si se me despiertan las ideas.
Gracias y ¡vuelva pronto!