Me agarro de la mano del pequeño escritor de mis adentros. Es una de las maneras que encuentro para intentar entender a la realidad. Me encuentro como tantas veces descifrando enigmas y tal vez el error es ese, no son enigmas son personas.
La creatividad no es algo que se decida, sucede y ya. No importa entrar en el marco de nadie ni de nada. Mucho menos me quiero poner a analizar la calidad de mis vínculos, o la capacidad de mis emociones. Me volvería loco, me llevaría a echarle la culpa a lo mismo de siempre. No soy portador de la verdad absoluta, pero si de la mía. Mi realidad es esta, mis canciones y mi pucho entre los labios.
En definitiva todos tenemos a una parte de nosotros que nos exige y que nos evalúa constantemente. Será un vicio occidental el querer ser mejores en algo, el querer ir simbólicamente y en todo siempre hacia adelante.
Tal vez el secreto de un entendimiento mayor de las cosas sea ir por un camino alternativo, una tangente.
Ahora me pregunto desde dónde y por dónde.
Empezar a deconstruir ciertos preceptos, modos, formas de tomarse las cosas.
Otra forma de mirar a esas personas que nos cuesta entender, encontrar un punto en donde la diferencia sume y no reste, mirar al otro como un par.
Saber que, aunque a veces no parezca, todos portan un miedo particular, que en definitiva es pariente de los mismos miedos que tengo yo o que tiene aquel y aquel otro también.
Primer paso, para seguir enviciando esto de querer ordenar todo en una categorización, desarmar todo lo que es racionalmente esperable. Levantarse un día y decirse "La posta es que yo si creo en las hadas" y caminar tranquilo. En definitiva desprenderse de los esperables, de las "buenas formas", de lo que todo el mundo aprueba. Todo el mundo no nos hace falta y vivir con culpas tampoco. La sinceridad empieza por uno mismo, hay que cuidar el Self señora y eso no denota en un alter-ego mutante. Mirarse primero y generar la paz desde adentro. No sé a que iba todo esto, pero para seguir el hilo conductor tampoco me va a interesar.