miércoles, 8 de junio de 2011

Desaparecer en un Adiós.

Desaparecer en un transcurso sin tiempo, desprendiendo de cada piel el cansancio acumulado.
Dilatar una existencia rutinaria como en pasillos  de encierros mutuos, eso hacemos y eso hacíamos la noche en que nos despedimos por ultima vez.
Las caras cruzaban gesto por gesto hasta terminar incomprensibles el uno frente al otro. Todo terminaba en un espiral constante de tal espesor que solo empezaron a reír.
Un sonido, estruendo y el ritmo del pulso acompañando los besos.
No había razones que presentar o reclamos que sentir, era la piel cantando los dolores mas añejos.
De repente la calma y ese aroma que te caracterizaba, que te transportaba a otra realidad, muy diferente a esta,  pero igual de penetrante, igual de ponzoñosa que tu tristeza misma. Lloraste yo solo supe estar.
El humo pintaba las sombras de casi todos los rincones, recorría tu mejor figura y se esfumaba.
Te ibas, te vas y no hay mucho que yo pueda hacer ante esto, solo tengo mis cuadernos y un par de cigarrillos. No me parece justo. No tengo mucho mas para ofrecerte y vos a mi tampoco.El placer macabro de una despedida excelente. Que tengas buen viaje amor.