El nene llora su pena.
El nene no entiende la ausencia.
El nene juega con un mundo paralelo.
El nene lo llama a gritos.
El nene todavía no lo entendió.
Ni globos, ni cochecitos apagaban la desolación de esa pequeña alma.
El nene aprendió a olvidar, o eso se creyó.
El nene apredió a soñar.
El joven no pudo dejar de hacerlo.
El joven sigue esperando.
Lo intenta millones de veces y lo sigue intentando.
El joven esta cansado.
Ya no sabe para donde mirar.

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