lunes, 12 de abril de 2010

Decir.

Refugio en la ultima nota de esta canción desmemoriada.
Todo cuanto busco se desvanece al encender la luz.
En la oscuridad 
entendí que el alma queda desnuda, que no somos cuerpo, que somos sensaciones sin un paradero especifico.
Mi voz pasa por adentro, las 
imagenes se parten y se reconstruyen en un ida y vuelta.
Esto me gusta de la oscuridad; una 
tranquilidad espontánea, esa sensación de no portar nada.
El no ser nada un rato todos los días y limpiarme de mala sensaciones.
Una igualdad profunda con un alrededor sin horizontes, sin 
limitaciones, sin ese encuadre.

Se muy bien que el tiempo dispone de toda su tiranía, el sol va a salir igual y vivir a oscuras no es la idea.
Festeja conmigo el amanecer, 
decime que hoy va a ser mejor, y que vos estas conmigo.
Me gusta tu manera estructurada de preparar el mate por la mañana, me hace pensar que de estructuras vivimos y que hay muchas que 
estaría bueno revisar, esa es la tarea.
Te 
reís de mi manera de entenderte, me decís que aveces es mejor no pensarla tanto y solo sentir.
Te hago caso y comienzo a salir.
El sol, la calle con ese viento caprichoso.
El ruido de autos, la gente saliendo a comprar el pan de todos los días y mi paso firme buscando los colores en mi naciente alegría.
Un bar, esa esquina y todas mis ganas de volver a viajar. Me das la mano y me 
decís que todos los caminos tienen una sorpresa para cada uno.
Solo hay que saber mirar

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